Olvido social: una aproximación desde la teoría de sistemas

The subject, currently so hot, of social memory, leads to the theme of social oblivion. The problem is that forgetting is a difficult and controversial issue. Trying to forget represents a paradox difficult to sneak away, since every effort to do so, inexorably confronts itself. However, for autological systems, colliding with themselves is a habitual phenomenon, which is why forgetting becomes a normal operation, even necessary for the functioning of social memory. The only condition for oblivion to operate, avoiding overloading the memory, is that this operation remains unnoticed. The memory does not remember the past (that would not be useful and would only serve to overload the system) but rebuild it at every op¬portunity based on a future projected in a new way. Traditionally, it has been thought that the support of social memory lies in the psychic substratum, since social memory is found in the memories that are shared by all members of society, leaving aside only the strictly intimate memories of each one. Systems theory, on the contrary, maintains that the support of social memory cannot be found outside the system which remembers, but in the structures of it. From the invention of writing onward, social memory rests on the means of transmission of communications and, in our time, increasingly on the mass media.El tema, actualmente tan candente, de la memoria social, conduce al del olvido social. El problema es que olvidar es un difícil y controvertido asunto. Tratar de olvidar representa una paradoja difícil de escabullir, dado que todo esfuerzo por hacerlo, inexorablemente se enfrenta consigo mismo. No obstante, para los sistemas autológicos encontrarse consigo mismos es un fenómeno habitual, razón por la cual el olvido pasa a ser una operación habitual, incluso necesaria para el funcionamiento de la memoria social. La única condición para que el olvido opere, evitando sobrecargar la memoria, es que dicha operación sea inadvertida. La memoria no recuerda el pasado, aquello no sería útil y solo serviría para sobrecargar al sistema, sino que lo reconstruye en cada oportunidad en función de un futuro proyectado de manera siempre nueva. Tradicionalmente, se ha pensado que el soporte de la memoria social radica en el sustrato psíquico, dado que se encuentra en las memorias que son compartidas por todos los miembros de la sociedad, dejando de lado los recuerdos propiamente íntimos de cada cual. La teoría de sistemas, por lo contrario, sostiene que el soporte de la memoria social no puede encontrarse fuera del sistema que recuerda, sino en las estructuras de este. Desde la invención de la escritura en adelante, la memoria social descansa en los medios de transmisión de las comunicaciones y, en nuestra época, crecientemente en los medios de comunicación masivos