La fachada del palacio barroco en Corella (Navarra)

La pequeña ciudad navarra de Corella, alberga en sus calles más de una veintena de edificios barrocos incluyendo palacios, parroquias y conventos. La arquitectura que inunda sus calles da testimonio del que un día fue uno de los núcleos urbanos más pujantes dentro del territorio navarro, donde un gran número de nobles y comerciantes catapultaron su desarrollo durante los siglos XVII y XVIII. Se ubica al sur de Navarra, en la Merindad de Tudela, a orillas del río Ebro y donde históricamente se ha producido un estrecho contacto con los antiguos reinos de Castilla y Aragón. La situación geográfica, social y climática lejos del ámbito de influencia de la capital, Pamplona, propició un desarrollo artístico en paralelo de la Merindad de Tudela, hecho que se acentuó en Corella debido a la concentración de riqueza y poder de sus pobladores. Corella es hogar de peculiares fachadas de entre tres y cuatro alturas coronadas en ocasiones por áticos o galerías, que cuentan con un dinámico juego de luces y sombras gracias a sus relieves en ladrillo. Estos edificios albergan impresionantes escudos, que junto con una rejería muy trabajada y marcadas portadas de piedra dan lugar a suntuosas residencias. Todas estas características convierten el paseo por la ciudad en un teatro barroco al aire libre, cuyas fachadas de una curiosa identidad se encuentran hoy en día en peligro de desaparecer