p. 33-50Resulta casi una casualidad histórica la relación que se plantea en los últimos años de dominación española entre la antigua Audiencia de Quito y los territorios pertenecientes al obispado de Astorga. No nos vamos a referir aquí al obispo D. Leonardo de Santander y Villavicencio, que tras su estancia al frente de la diócesis de Quito, entre 1819-1822, regresó a España, aún a pesar de las pretensiones de Bolívar para que permaneciese al frente de la cristiandad del Pichincha. Tras una breve estancia en Jaca, pasó a Astorga, donde permaneció hasta su muerte, es decir, estuvo en la ciudad maragata entre 1828 y 1832. Por su valor al enfrentarse a los independentistas quiteños y no haber aceptado sus proposiciones, el Papa le dió el t...