Los tres referentes del hombre que le definen como con-sistenica: el Mundo, los Otros, el Mismo constituyen los ejes entorno a los cuales el autor centra las cuestiones que afligen al hombre. El siglo XX asistió a los últimos estertores de un humanismo que a lo largo de los siglos ha querido acentuar, rabiosamente, la humanidad del hombre. Es necesario llegar al fondo de las contradicciones internas de nuestra cultura, para que emerja, al menos como síntoma, la necesidad de una cultura nueva. Lo que define al hombe es el nosostros del hombre, la comunicación intersubjetiva, y en la dinámica de lo intersubjeitvo del hombre, la comunicación desempeña un papel primordial. Es allí donde cobra sentido toda la acción human