El perdón de conductas ofensivas en la donación y en la sucesión mortis causa

Texto de la lección magistral pronunciado el 23 de enero de 1998 en la Facultad de Derecho de Cáceres, con motivo de la conmemoración de la festividad de San Raimundo de Peñafort.En algunas ocasiones, una persona ofende a otra con su conducta, ocasionándole daños físicos o psíquicos. Para que la ofensa tenga relevancia jurídica, es necesario que el comportamiento del ofensor perjudique efectivamente al ofendido. Por lo tanto, debemos excluir del concepto de ofensa aquellas actitudes que provocan fastidio, enfado, desazón o desplacer en otras personas, pero que no llegan a causarles verdadero daño, como sucedió en el caso enjuiciado por la sentencia del T.S. de 27 febrero de 1995, en la que se negó que revelara ingratitud contra sus padres que la donataria adulterase con persona de otra raza, con la que se fugó de su hogar familiar.On some occasions, a person offends another with his conduct, causing him physical or mental harm. For the offense to have legal relevance, it is necessary that the behavior of the offender effectively harms the offended. Therefore, we must exclude from the concept of offense those attitudes that cause annoyance, anger, discomfort or displacement in other people, but that do not cause them real harm, as happened in the case prosecuted by the T.S. of February 27, 1995, in which she refused to reveal ingratitude against her parents that the donee adulterated with a person of another race, with whom she ran away from her family home.peerReviewe