El problema del mal ha atormentado al ser humano desde tiempo inmemorial. De ahí que las reflexiones acerca de dicha cuestión y su compatibilidad o no con la existencia de un Dios todopoderoso, omnisciente y bueno no hayan dejado nunca de acompañarlo, especialmente en el mundo judeocristiano. San Agustín y Santo Tomás, entre otros, contribuyeron a forjar una respuesta filosófico-teológica a la cuestión, que se mantuvo durante mucho tiempo como una luz que, si bien no la esclarecía por entero, se creía al menos que la iluminaba suficientemente. Sin embargo, después de Kant, muchos han rechazado radicalmente la posibilidad de la teodicea, concebida como reflexión especulativa de base metafísica acerca del problema del mal y su relación con Di...