Envejecimiento activo, cohousing como herramienta

La sociedad se enfrenta al envejecimiento de su población, que por un lado es un logro y por otro un gran reto. El aumento de la esperanza de vida, sumado a que desde los años 70 se ha producido una caída de la fecundidad, ha hecho que se incremente el porcentaje de personas mayores. La sociedad se enfrenta a una nueva situación de inversión demográfica, en la que las personas de más de 65 años superan a las personas de 0-14 años. En 2069, de mantenerse la tendencia actual, la esperanza de vida de los hombres sería superior a los 87 años y la de las mujeres a los 91.8 años, lo que demanda alternativas en los modelos residenciales para este grupo de usuarios. Hasta hace muy poco las personas del colectivo senior eran tratadas como dependientes y poco útiles, estereotipos asociados a la vejez, sin embrago la realidad es muy diferente, nos encontramos frente a un grupo de usuarios muy heterogéneo y representativo, siendo el 19.6% de la población total actualmente y alcanzando su máximo en 2050 representando el 31.4%. En muchos casos se trata de usuarios con el mayor grado de conocimiento de sus vidas, sin ninguna patología, con un nivel económico optimo y que aún tienen mucho con lo que contribuir al desarrollo de la sociedad. Hasta principios del siglo XXI las opciones residenciales para las personas mayores (exceptuando la vivienda propia), privaban de libertad e independencia a los usuarios, y se les clasificaba a todos por igual sin tener en cuenta su nivel de dependencia, lo cual por un lado hace que este factor negativo aparezca en un menor periodo de tiempo. Por otro lado se clasificaba como dependientes a personas completamente capaces. Esta situación sumada a la situación demográfica explicada anteriormente, demandaba cambios inmediatos en el sistema social y en los modelos de habitabilidad. Es entonces cuando empiezan a aparecer modelos alternativos de vivienda en comunidad para personas mayores, entre ellos el cohousing, donde son los propios usuarios quienes diseñan y autogestionan el proyecto. Ellos toman sus propias decisiones y deciden donde y con quien vivir. Este modelo residencial proporciona a sus usuarios independencia, integración, interacción e identidad, términos relacionados con un envejecimiento activo, ya que el simple hecho de ausencia de enfermedades o realización ejercicio físico no es considerado como tal. Las personas mayores deben envejecer siendo capaces de hacer o experimentar aquellas cosas que consideran importantes y a las que dan valor durante el máximo tiempo posible. Para ello es muy importante la actitud frente al envejecimiento, los vínculos sociales y familiares y un entorno que proporciones las posibilidades necesarias. En este trabajo se han analizado el modelo del cohousing bajo la perspectiva de su aptitud para favorecer el envejecimiento activo de los «senior». Después de estudiar la evolución de este modelo residencial, y hacer un catálogo de todos los ejemplos existentes en España en la actualidad, se analizan algunos casos concretos a la luz de algunos parámetros previamente establecidos como positivos para dicho envejecimiento activo, sobre todo los de accesibilidad, régimen de vida, etc