Algunas consideraciones sobre la irrenunciabilidad de los derechos a favor de los trabajadores y sobre la prescripción de los mismos

El estado moderno como personificación de la sociedad contemporánea y expresión inequívoca de las legítimas aspiraciones de esta, no puede permanecer indiferente o inexistente ante los perfiles o esquemas de injusticia, miseria y dolor. Como resultado, la inequitativa distribución de la riqueza o producto de la actividad económica nacional. Como un medio de resolver o aliviar esas situaciones de desequilibrio o desajuste social, el estado del Salvador ha reconocido declarado enfáticamente que entre sus fines está la asegurar a todos los habitantes de la República el bienestar económico y la justicia social y que el régimen económico, además. Responder esencialmente a los principios de la justicia social, a fin de asegurar aquellos una existencia digna del ser humano. La realidad de que los trabajadores asalariados precisamente por su debilidad económica y por su urgencia de trabajar para obtener así su única o principalmente fuente de ingresos si no se les tutela en forma especial han de seguir sometidos a un régimen de injusticia, de explotación y de miseria. El Estado ha promulgado un conjunto de leyes. Para protegerlos por sí mismas y como miembros de la clase social mayoritaria centra en el egoísmo y la ambición desmedida de los patronos o empleadores