Hablar hoy de la verdad no es algo común, especialmente luego de la aparición de un término nuevo: la post-verdad como característico de nuestros días. En último análisis, con ello se indica el ‘destierro de la metafísica’ y la ‘desaparición y muerte’ del concepto clásico de verdad1 . Frente a esta nueva (e inédita) ‘forma’ de pensamiento no han faltado filósofos y teólogos católicos, en la escuela de santo Tomás de Aquino, que se hayan dedicado al estudio de la verdad de las cosas. Ahora bien, como la inteligencia tiene por objeto el ser y la verdad, su acto propio consiste en llegar o ‘dejarse encontrar’ por la verdad de las cosas. Y, en este sentido, corresponde singularmente al estudioso ocuparse no tanto de aquello que los ...