Resumen: A través de estas reflexiones el autor nos sitúa ante el desafío de considerar la esencia del cristianismo como algo que escapa al atajo de la abstracción. La verdad en la Biblia es la fidelidad a la Alianza, el amor y la compasión a los pobres, ser refugio del despatriado. De hecho, el Decálogo (como más tarde las Bienaventuranzas) nos propone un conjunto de relaciones que vienen a restituir la herida provocada por la pretensión de la humanidad de llevar adelante las cosas construyendo los ídolos que derivan de la autodivinización. La tensión entre la verdad como un conjunto de preceptos desencarnados y como relación sanada con nuestro entorno llevó inevitablemente a un conflicto entre la conservación metafísica del dogma ...