Las supersticiones del coronel

En diciembre de 1927, el coronel Henry Irving Frederick Yates (1883-1976) visitó Colombia para, aparentemente, renegociar los términos de una contratación que le permitiría a una sociedad comercial recién constituida explotar las riquezas petroleras en la subregión de Urabá (concesión Isaacs). El anterior contrato pactado por Yates con el gobierno colombiano —en representación de la petrolera Anglo Persian, cuyo mayor accionista era el gobierno inglés— había sido suspendido por la aprobación de la Ley 84, que establecía nuevas condiciones para el desarrollo de esta industria en el país, entre ellas, mayor recaudación de impuestos para el Estado y una disminución considerable de las tierras que podían ser cedidas. El futuro del contrato Yates, entonces, estaba amenazado por dos circunstancias: la nueva ley de petróleos y la imposibilidad de ceder concesiones a gobiernos extranjeros. Para conocer más al respecto, siga el enlace: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/r_rendon/id/543 El día después de su llegada al país, Yates concedió entrevistas a los medios liberales. En una de ellas resaltó la buena voluntad de sus representados, el nuevo grupo financiero, para renegociar las condiciones del contrato siempre que se respetara un espíritu "justo y equitativo" de acuerdo con los esfuerzos e inversión a que se obligaba el contratista: "... hay puntos en que el éxito mismo en la ejecución del contrato impone determinadas condiciones a favor del contratista, a las cuales no es posible hacer modificación. Un contrato, para que tenga resultados satisfactorios y para que pueda vivir, es necesario que favorezca a las dos partes contratantes” (“El coronel Yates explica detalladamente su discutido contrato”, 3 de diciembre de 1927, número 5816 de "El Tiempo"). Ricardo Rendón representó la situación del contrato Yates en una caricatura publicada en el número 5770 de "El Espectador". En términos políticos la ley de petróleos tenía, según opiniones críticas, fuertes tendencias antiestadounidenses, por lo que el caricaturista representó a Yates y al entonces ministro de industrias, José Antonio Montalvo Berbeo (1892-1970), como 'compadres' que se favorecían mutuamente, excluyendo del beneficio al 'Tío Sam' y a Colombia. Finalmente, Rendón hizo referencia a un rasgo particular del coronel Yates, señalado en la entrevista hecha por "El Tiempo": "Ríe con laudable frecuencia, usa en la conversación los clásicos refranes ingleses, no permite que se enciendan tres cigarrillos en un mismo fósforo y suele mantener las manos en los bolsillos del pantalón”