En agosto de 1929, el debate por quién sería el candidato del conservadurismo para las elecciones presidenciales de 1930 se concentró en dos nombres: el general Alfredo Vásquez Cobo (1869-1941) y Guillermo Valencia (1873-1943), figuras prestigiosas y de amplio reconocimiento al interior de su partido. El pulso entre los dos aspirantes representó una coyuntura problemática para el partido hegemónico que, entonces, se enfrentó a una división sin precedentes. En medio de las discusiones, un grupo de vasquistas —partidarios del general— envió una carta al arzobispo de Bogotá, Ismael Perdomo Borrero (1872-1950), en la que sometía a su criterio la elección del candidato presidencial entre una lista de cinco nombres que excluía a Valencia vno muy ...