Erasmo, el exiguo

Como herramienta para defenderse de las acusaciones lanzadas contra él, y en vista de la crisis de gobierno que experimentó por esos días, Marco Fidel Suárez (1855-1927) remitió una serie de cartas al director de la Imprenta Nacional, desde el 3 al 5 de septiembre, para ser publicadas en “El Diario oficial”. En ellas, el entonces presidente de la república se defendió de las acusaciones que estaban afectando negativamente su imagen pública. Para ampliar la información al respecto, siga el enlace: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/r_rendon/id/86 En las ediciones 150 y 151 de “La República”, 8 y 9 de ese mismo mes, se reprodujeron tres cartas del mandatario. Paralelamente, se publicaron artículos de análisis en donde se estudiaron los argumentos del presidente y los efectos que estos tendrían en la opinión pública. En la primera y segunda misivas, Suárez se refirió a las acusaciones hechas a su gabinete por violaciones a la ley y a la existencia de una supuesta candidatura oficial. El mandatario juzgó peligrosas las acusaciones de la barra y la influencia de la misma en el Congreso, pues veía que esta relación enfrentaba a las instituciones del Ejecutivo con la Cámara de Representantes. Por otro lado, la tercera carta presentaba testimonios de los gobernadores del Valle del Cauca y el Magdalena, que respaldaban la distinción entre la opinión personal de Suárez respecto a cualquier candidatura y su opinión como presidente, que se suponía libre de inclinaciones. En la caricatura publicada el 9 de ese mes, Ricardo Rendón representó a Suárez como una parodia de Erasmo de Rotterdam, erudito humanista que defendió el libre pensamiento y que fue ampliamente admirado por sus capacidades intelectuales. En este caso, la asignación de estas virtudes a Suárez parecía irónica porque desde la misma redacción del periódico se denunciaba constantemente el sectarismo y falta de agudeza del mandatario