Cuando el Congreso acabó con la censura telegráfica, se dañaron las líneas

En agosto de 1921 se informó sobre la constante censura ejercida contra algunos periódicos liberales y “La República” que expuso polémicas como la del movimiento estudiantil por el incumplimiento a la Ley de Honores a Fidel Cano y la vulneración a la soberanía nacional por cuenta de la petrolera inglesa Lobitos Oil Company. Para contrarrestar la situación, los medios de comunicación se unieron en torno a un proyecto de ley que sería presentado por tres periodistas (Carlos N. Rosales, Armando Solano y Jorge Zawadsky) ante la Cámara de Representantes, con el propósito de suprimir la censura en las oficinas telegráficas. Dicha propuesta fue reproducida en “La República” el 4 de agosto. Más adelante en ese mes —el día 13—, se publicó la columna “Glosas al vuelo. La censura telegráfica” redactada por Guillermo Camacho Carrizosa (1876-1932). En su texto, el director del periódico “La Crónica” manifestó que «La Constitución garantiza efectivamente la inviolabilidad de la correspondencia confiada a los telégrafos; pero hay un mamotreto llamado "Código postal y telegráfico" que es una indigesta recopilación de resoluciones, reglamentos, circulares, tarifas y decretos atentatorios de las inmunidades constitucionales, que no ha sido aprobado por ley alguna, con el cual se escudan las autoridades del telégrafo para violar impunemente la correspondencia». Finalmente, Ricardo Rendón refirió, en una caricatura publicada el día 22, al conflicto entre el servicio telegráfico, la censura, y los poderes gubernamentales que, aunque amparaban el derecho a la libre expresión e información, parecían utilizar el telégrafo en beneficio de causas oficiales. En la imagen, se señalaba irónicamente que, a pesar de que no existía la censura, las líneas telegráficas “no funcionaban” para los opositores al régimen. Para ampliar la información al respecto, siga el enlace: http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/r_rendon/id/7