Con la cercanía de las elecciones presidenciales —se llevarían a cabo en doce días—, las manifestaciones de apoyo a uno y otro candidato de la contienda encendieron los debates políticos. El conservador, Pedro Nel Ospina (1858-1927), contó con el aval de la gran mayoría de su partido, mientras que Benjamín Herrera (1850-1924) se consolidó con el apoyo de una coalición progresista formada por liberales, republicanos y socialistas. De esta forma, la jornada electoral enfrentó a dos bandos tradicionales, pero se salió de las lógicas partidistas, en tanto Herrera estaba acompañado de otros movimientos que, a pesar del apoyo, mantuvieron la autonomía ideológica. En el número 275 de “La República”, correspondiente al 31 de enero de 1922, se cele...