El auto-retrato

Ante la expectativa por el próximo periodo electoral y la aparición de los primeros aspirantes a candidaturas presidenciales, Guillermo Valencia (1873-1943) envió un telegrama al general Eutimio Sánchez, afirmando que el candidato ideal debía estar libre de regionalismos. Ante estas afirmaciones, surgieron acusaciones de autocandidatización contra el poeta payanés. El 26 de marzo de 1921, en el número 10 de “La República”, se reprodujo la contestación telegráfica de Guillermo Valencia ante las críticas. En su respuesta, Valencia comentó que su telegrama era “preciso, claro e impersonal. Interpretaciones corren a cargo de sus respectivos autores. Inútil evitarlas. Hasta Dios que hizo el mundo, entrególo a las disputas de los hombres”. En dicha edición, Ricardo Rendón retrató a Valencia, controvertido protagonista del incidente, haciendo énfasis en la representación del poeta como una calavera y en las afirmaciones de “autocandidatización”