Revista Síndrome de Down

Resumen basado en el del autorLa educación es el instrumento más valioso de que disponemos para realizar el proyecto de vida. Como para cualquier persona, la educación del niño y del adolescente con síndrome de Down ha de basarse en sus cuatro pilares fundamentales (informe Delors para la UNESCO): aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir, aprender a ser. Por consiguiente, aunque es importante que el niño adquiera habilidades y aprendizajes en varias áreas, lo que de verdad importa es la estabilidad familiar, la creación a su alrededor de un clima que favorezca la integración social y su desarrollo. El realismo lleva a conocer sus puntos fuertes y débiles, y en función de ellos se implantan los ejemplos y modelos de referencia, sabiendo compaginar el cariño con la exigencia. Hay que prestar atención a la creación de hábitos sociales de adaptación y estrategias que le permitan ir resolviendo sus problemas. Es preciso mantener la coherencia y no mostrar comportamientos ambivalentes. Es prioritario que haya un buen entendimiento entre los padres y los profesionales: éste es un punto en el que todos tenemos mucho que aportar.ES