Desde la aparición de Adán y de Cristo sobre la tierra la humanidad ha caminado entre dos polos opuestos. Adán, el hombre que se pierde por el pecado y Cristo, el Dios que se hace hombre para salvar a los que Adán perdiera. Hay entre estos momentos de la historia una ingente teoría de imperios, de monarquías, de pueblos que inventan su cultura. Pero, el hombre verdadero, el que es artífice de su propia eternidad a fuerza de ahondar sobre los abismos de su conciencia. El hombre no aparece como tal hasta que surge en el mundo esta nota de ejemplaridad humana, cuyo sumum es la presencia real en el mundo de Cristo humanizado. Y, desde entonces hasta nuestros días, la humanidad ha vivido a la deriva y con vientos contradictorios. Han tenido que ...