Al lado de Cervantes, nada mejor que hacer revivir la figura de Shakespeare, su compañero inmortal. Son hombres del Renacimiento. Pero, además, Cervantes poseía una especie de dualismo: hombre del Renacimiento y de la Contrarreforma. Fue el único que pudo fijar con su melancolía un nuevo arte que, con el de Shakespeare, aún hoy, es considerado moderno. No hay que olvidar que fueron exactamente contemporáneos. Ambos sueñan, pero ven las realidades. Tienen un sentido del humor importante ante las adversidades. Son tolerantes. Lo único que les diferencia es que el Shakespeare se hizo rico y dejó el teatro, mientras que Cervantes trabajó hasta el último momento de su vida.Biblioteca de Educación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; C...