Desde 1876 hasta sesenta años después se observa la vigencia de algunos de sus presupuestos educativos, tanto los referentes a la estructura del sistema de enseñanza como los pedagógicos. Es de lamentar que la denuncia que de la realidad educativa española formularon respectivamente, tenga todavía validez en nuestros días en lo que se refiere a los aspectos cualitativos, autonomía universitaria, profesorado suficiente y preparado, enseñanza individualizada, etcétera, y aún a algunos cuantitativos. Podrá objetarse que las peticiones de una enseñanza básica prolongada y única, la concepción del proceso educativo como un desarrollo coherentes en el que los niveles inferiores preparen, y no sólo precedan a los superiores, la necesidad de edu...