Se parte de que los escolares de la segunda etapa de EGB no deben tener un tratamiento disciplinario como los párvulos o los alumnos de los primeros cursos, donde estos niños son sujetos pasivos de una disciplina impuesta y decidida por sus superiores, para plantear la necesidad de conseguir que los alumnos de la segunda etapa de EGB sean protagonistas y autores de su sistema de convivencia escolar. Abrirles un cauce de participación que les permita mayor compromiso, mayor vinculación y responsabilidad en la vida del Centro para el logro de la autodisciplina. Se propone un sistema de responsabilidad compartida y compromiso personal dentro de la organización del Centro, con una evaluación controlada y un diálogo con escolares y padres. La ex...