En nuestro mundo ocidental, paralelamente al reconocimiento y avance de los derechos del niño, se ha producido una progresiva pérdida de referentes en el mundo de los adultos sobre cuál ha de ser su papel en el desarrollo de la infancia. En este contexto, la falta de consistencia y congruencia en las respuestas de los padres a los hijos o la falta de respuesta a las condutas de desafío y, en general, la ausencia de una definición clara de los límites, priva a los hijos de la posibilidad de establecer un aprendizaje social competente. Esta situación provoca trastornos y disfunciones en el ámbito familiar y propiciará en el futuro una no aceptación de la autoridad de los adultos que repercutirá en la integración del niño en su entorno..ES