Desde una perspectiva didáctica cada profesor debería estudiar la conveniencia de la lectura de unos determinados textos en cada momento del curso escolar, no estando obligado a seguir la distribución por trimestres que aparece en su manual o antología utilizada, sino que cada textos elegido sea adecuado a la capacidad lectora de cada niño o gruo de ellos. Además, él preparará, personalmente o en equipo, fichas de lectura con textos capaces de sugerir un sinfín de actividades que ellos podrán aprovechar de forma personal y selectiva, en el trabajo diario de clase como un material complementario o de apoyo de suma importancia. Si dichos textos son de tipología diferente, se podrá conseguir una amplia gama de actividades y ejercicios centrado...