Algo en común: reflexiones en torno al cum de la comunidad

En la actualidad, las reflexiones acerca del ser-en-común resultan interesantes para pensar la temática de la comunidad y la posibilidad de hallar un espacio de encuentro con el otro. Frente al sujeto de la modernidad, cerrado, autotransparente e idéntico a sí mismo, la intersubjetividad mentaba la puesta en contacto de dichos sujetos, o la sospecha –desde una perspectiva fenomenológica de corte husserliana- de otra subjetividad frente a un cuerpo igual al mío. El pensamiento del ser-en-común se aleja justamente de estas consideraciones, trayendo a la luz la imposibilidad misma de la inter-subjetividad. Este ‘entre-sujetos’ casi como mera yuxtaposición se revela como un pensamiento inadecuado en la medida en que la existencia no es mera concomitancia sino un existir expuesto a lo otro. El contacto con el otro no es posible de ser inmunizado, antes bien, responde a la lógica del contagio, de lo no controlable. El ser-con es lo que nos constituye. La communitas viene a significar entonces este espacio de unión primitiva, el Mitsein que es mit-da-sein. Pero ¿qué es lo que esta comunidad comparte? o dicho en otros términos ¿Qué es lo que se tiene en común? En la medida en que la communitas es este lugar de reunión de la alteridad, cualquier respuesta positiva parecería violentar la diferencia misma que la constituye. En el presente trabajo, indagamos acerca de este espacio de encuentro, este munus de la co-munitas a partir de los desarrollos realizados por el filósofo italiano Roberto Esposito, especialmente en sus obras Communitas e Inmmunitas