Durante mucho tiempo en la historia de la humanidad, la educación se consideró un bien de lujo y fue monopolizada por unas pocas élites que tuvieron el privilegio de acceder y ampliar la frontera del conocimiento de manera discrecional. No obstante, desde el establecimiento de los sistemas democráticos y, más recientemente, desde la Declaración de los Derechos Humanos, esta visión cambió de manera abrupta. En la actualidad, la educación se percibe sobre todo como un bien público, y, ante los ojos de los marginados, se presenta como un camino de liberación y cambio. La promesa de la educación se convirtió en sinónimo de mejores oportunidades, que implican mayores ingresos, mejor salud, y mayor cohesión y bienestar social. Sin embargo, los c...