Dietary factors and breast cancer risk in two cohort studies

Globalmente, el cáncer de mama es el tumor más diagnosticado en la mujer, la primera causa de mortalidad por cáncer en ésta y un problema de salud pública preponderante a nivel mundial. La evidencia epidemiológica muestra resultados heterogéneos en la relación entre la dieta y el cáncer de mama, aunque se cree que podría desempeñar un papel protector, tanto en la etiología como incluso a la hora de modular el desarrollo del tumor. En este contexto, el objetivo global de la presente tesis doctoral fue valorar prospectivamente la asociación de algunos factores modificables relacionados con la dieta sobre la incidencia de cáncer de mama en el estudio de cohortes español Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra) y en las cohortes americanas Nurses Health Studies (NHS) o Estudios de las Enfermeras. El proyecto SUN es una cohorte prospectiva, dinámica y multipropósito iniciada en 1999, en la que se han incluido y seguido más de 22,500 graduados universitarios durante una media de 10,3 años, de las cuales aproximadamente 10,000 son mujeres. La relación entre las distintas variables de exposición y la incidencia de cáncer de mama se estudió con modelos de regresión de Cox ajustados por múltiples factores de confusión. Además, en la presente tesis, hemos utilizado datos del NHSI que incluye 121,700 enfermeras (de 30 a 55 años) que comenzaron a formar parte del estudio en 1976, y del NHSII que ha seguido a 116,429 enfermeras (de 25 a 42 años) desde 1989. Se ajustaron modelos de regresión de Cox con medidas repetidas para estudiar la asociación entre la dieta y la incidencia de cáncer de mama. En el Proyecto SUN, una adhesión moderada a un patrón provegetariano, donde se promueve el consumo de alimentos de origen vegetal junto con reducciones compensatorias en el consumo de alimentos de origen animal, se asoció a una menor incidencia de cáncer de mama. Por otro lado, en los NHS, una versión saludable de un patrón dietético basado en alimentos de origen vegetal se asoció con una menor incidencia de cáncer de mama, sobre todo, con receptores de estrógenos negativos. Existen alimentos que son ampliamente consumidos dentro de patrones dietéticos que merecen ser evaluados de forma individual, como las bebidas azucaradas, fuente de carbohidratos simples (principalmente sacarosa). En el Proyecto SUN, el consumo frecuente de bebidas azucaradas entre mujeres postmenopáusicas se asoció a una mayor incidencia de cáncer de mama en comparación con las que no consumían estas bebidas o lo hacían con una frecuencia inferior a una vez al mes. En línea con lo anterior, se debería de poner más énfasis en la calidad de los carbohidratos que se ingieren más que en la cantidad. En el Proyecto SUN, una mayor calidad de los carbohidratos ingeridos, es decir, aquellos con mayor contenido en fibra dietética, con menor índice glucémico, que dan preferencia a carbohidratos sólidos frente a los líquidos y de grano entero o integral, se asoció a un menor riesgo de padecer cáncer de mama, sobre todo, en mujeres premenopáusicas. En el Proyecto SUN observamos una asociación inversa entre la ingesta de ácidos hidroxicinámicos y clorogénicos con el riesgo de cáncer de mama postmenopáusico. Por último, numerosos estudios experimentales y epidemiológicos han puesto de manifiesto la relación existente entre las grasas o lípidos de la dieta y el cáncer de mama, sin embargo, esta posible asociación sigue siendo controvertida y sujeta a cuestiones metodológicas. En el Proyecto SUN no encontramos evidencia de una asociación entre el total de grasa dietética o sus subtipos con la incidencia de cáncer de mama. En general, los resultados de esta tesis aportan nueva evidencia del papel de la dieta sobre la incidencia de cáncer de mama en dos estudios de cohortes. Finalmente, cabe insistir en la necesidad de llevar a cabo más estudios en grandes cohortes que avalen los resultados de nuestro trabajo para la prevención primaria del cáncer de mama