La cortina: mecanismo arquitectónico adaptable al alcance de la mano

La cortina en el imaginario colectivo popular no es considerada como un elemento de la arquitectura como lo podría ser la escalera, la puerta o las paredes, como tampoco lo es ni siquiera para un colectivo más especializado como el de la arquitectura. Así quedó demostrado en Elements of architecture, exposición y posterior publicación dirigida por Rem Koolhaas (1944) y su oficina OMAAMO, para la 14° edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia en el año 2014. En este amplio catálogo se eligen y analizan de manera exhaustiva los 15 elementos que se considera que componen todas las construcciones del planeta. En cada tomo, dedicado en exclusiva a cada elemento, se diseminan sus orígenes, tipologías, detalles ... Lamentablemente, la cortina no tuvo su tomo exclusivo, sino que quedó relegada a formar parte del sexto volumen correspondiente al elemento ventana, ocupando tan solo un par de páginas en él. Esto dejó en evidencia que la concepción más generalizada que se le atribuye a la cortina en ambos tipos de público es la que reduce esta capa textil a su función más comercial u objetual. Es decir, entendida como una pieza de tela u otro tejido hecho con fibras textiles destinada a cubrir los agujeros de las ventanas en el interior para tratar de bloquear o disminuir la entrada de luz y en algunos casos viento, agua, insectos, etc. Las cortinas son al mismo tiempo y en su gran mayoría, láminas opacas que impiden la visibilidad de afuera hacia adentro, consiguiendo con ellas ámbitos más privados al interior. Básicamente, ambos públicos piensan que la cortina es un accesorio de la ventana y que con ella no se construye un espacio, por lo cual no es considerada como un elemento de la arquitectura. Por ende, se busca a partir del análisis una serie de estudios de casos, proyectos que integran el uso de la cortina como un elemento arquitectónico más, tales como el Dormitorio para Lina de Adolf Laos, NBordeaux RevisitedN de Petra Blaisse o la Transformación de la torre Bois-le-Pretre de Lacaton&Vassal, entre otros. Buscando establecer una interpretación de los mismos a partir de las relaciones espaciales que configuran los elementos textiles en ellos, para con ello demostrar y reivindicar que la cortina además de ser un elemento de la arquitectura igual de válido que los demás, se comporta adicionalmente como un mecanismo arquitectónico y a su vez tecnológico capaz de generar arquitectura adaptable