Combinando estrategias comunitarias y política gubernamental para prevenir la infección del VIH en la República Dominicana

Programas efectivos para evitar nuevas infecciones del VIH entre trabajadoras sexuales y sus parejas, y por lo tanto la población en general, son componentes críticos de estrategias nacionales de prevención del VIH. Un estudio recientemente realizado por Horizons, en conjunto con dos organizaciones no-gubernamentales dominicanas y el Programa Nacional del Control de ITS y SIDA evaluó el impacto de dos modelos ambientales-estructurales en disminuir el riesgo de VIH en trabajadoras sexuales en la República Dominicana y comparó el costo-efectividad de los dos modelos. Los modelos, construidos sobre la base de años de experiencia adquirida a través de programas de educación entre pares de trabajadoras sexuales, combinan las fortalezas de iniciativas de solidaridad comunitaria y de políticas gubernamentales, e involucran a miembros de la comunidad en el desarrollo de ambos programa y política. Mientras que existen ciertas limitaciones, la triangulación de los datos de diferentes fuentes destaca que el modelo combinado basado en la solidaridad y la política gubernamental es un paquete de intervención viable, aceptable y efectivo para la República Dominicana. Con financiamiento del Fondo Global, el Banco Mundial y la USAID, las ONGs implementadoras en coordinación con el gobierno dominicano están actualmente expandiendo el modelo combinado en áreas del país en donde el sexo comercial es prevalente. --- Effective programs to prevent new HIV infections among sex workers and their partners, and thus the general population, are critical components of national HIV prevention strategies. A study recently carried out by Horizons, in conjunction with two Dominican non-governmental organizations and the National Program for the Control of STIs and AIDS, evaluated the impact of two environmental-structural models in reducing the risk of HIV in sex workers in the Dominican Republic and compared the cost-effectiveness of the two models. The models, built on years of experience gained through peer education programs for sex workers, combine the strengths of community solidarity initiatives and government policy, and involve community members in the development of both programs and policies. While there are certain limitations to this, triangulation of data from different sources highlights the fact that the combined model based on solidarity and government policy is a viable, acceptable, and effective intervention package for the Dominican Republic. With funding from the Global Fund, the World Bank, and USAID, the implementing NGOs in coordination with the Dominican government are currently expanding the combined model in areas of the country where commercial sex is prevalent