Se trata de un lienzo en el que se representa a Jesús ocupando toda su superficie y rodeado de un ambiente nebuloso. Su figura es la de un hombre joven, erguido, ataviado con una túnica larga azul, ceñida en la cintura y con un cuello de caja. Se lleva las manos hacia delante, cruzándolas en actitud de sumisión. Sobre sus hombros cae una amplia y ampulosa capa, de pliegues muy geométricos y simétricos. Su larga cabellera rizada se dispone sobre los hombros y es del mismo color castaño que su barba apuntada. Sus rasgos son marcados, con boca pequeña y cerrada, nariz grande y ojos almendrados que miran desafiantes al espectador, marcándose con ello toda la expresividad de la representación. Cristo se posa sobre un suelo de nubes y se rodea de...