Bautismo de Cristo

Relieve que se inserta dentro de una hornacina rematada en semicírculo, inscrita a su vez dentro de un rectángulo. El asunto representado es el del Bautismo de Cristo, que sigue su figuración icongráfica tradicional, derivada de los Evangelios Canónicos (Mc 1, 9-11, Mt 3, 13-17, Jn 1, 32-33); según presupuestos compositivos y principios estilísticos propios del arte renacentista. El grupo principal está formado por la figura de Cristo, que centra la composición y se encuentra flanqueado, simétrica y equilibradamente, por un ángel mancebo, a la izquierda, y por su primo, el Bautista San Juan, a la derecha. Cristo aparece de pie, con las manos cruzadas ante el pecho, en medio de una simplista y esquemática representación del río Jordán. En la orilla izquierda un ángel mancebo vestido con túnica despliega sus alas y porta un sudario para secar a Cristo tras su bautismo. En la orilla derecha se yergue de pie San Juan Bautista, vestido con su tradicional atuendo de pieles y apoyado con su mano izquierda en la vara recorrida por una filacteria que le identifica. A sus pies, en actitud recogida, aparece el Cordero que acompaña con frecuencia al Precursor de Cristo y que se identifica con el Agnus Dei. En el plano superior o celestial se halla la figura de Dios Padre, portando el globo terrestre por Él dominado, rodeado por nubes y flaqueado simétricamente por querubes. Del cielo abierto, tal como describen los Evangelios, desciende la paloma que simboliza el Espíritu Santo. Coronando toda la composición aparece una venera que se adapta al perfil semicircular en que termina la hornacina