Visitación de Nuestra Señora; Pinturas murales

Composición pictórica ubicada en el muro de la epístola de la iglesia conventual de Santa Clara, colocada entre dos columnas fingidas, en el tercer intercolumnio a contar desde el altar mayor hacia los pies del templo. Está ubicada en la parte alta del citado intercolumnio, ocultada ligeramente su parte inferior por el remate de un retablo de madera tallada, y se enmarca mediante marco fingido de madera con una amplia moldura externa lisa azul oscuro, fino molduraje interior ribeteado en dorado y golpes de talla dorada en centros y esquinas. La escena representada es la Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel, con un fondo arquitectónico clasicista a la derecha, a semejanza de una villa, con el vano de una bodega entre grueso almohadillado inferior y pórtico superior abierto con balaustrada y pilares entre los que aparece la prima de la Virgen, mientras que a la izquierda se representa un celaje nuboso, con una arboleda, sobre el que se recorta la figura de María. En el plano inferior de la composición aparece un sirviente adolescente, que muestra con su izquierda el hueco de la bodega donde ha de llevar San José la figura de un jumento de perfil, ubicado delante de él, con una manta sobre el lomo. San José, visto de medio cuerpo, está a la izquierda de la composición, y viste con túnica parda, manto ocre sobre los hombros y sombrero de caminante, elevando la mirada hacia el plano superior. En él, a la izquierda, figura de perfil, subiendo el último escalón que conduce al pórtico de la casa de su prima. Viste túnica roja y manto azul sobre los hombros, que cubre casi todo el cuerpo y que sujeta sobre el pecho con la izquierda, mientras adelanta su diestra para saludar a Santa Isabel. Lleva la Virgen toca ocre, largos cabellos y amplio sombrero de caminante sobre la cabeza. La figura de Santa Isabel, de pie en mitad del pórtico abalaustrado, se inclina reverencialmente para saludar a María, a quien le da la mano derecha, extendiendo al otro lado la izquierda. Viste túnica marrón y manto ocre que en su volteo sobre el regazo muestra la cara interior violácea. Su rostro, semicubierto por el manto, es de una mujer ya entrada en años. A sus espaldas figura una doncella vestida con túnica roja y, entre ambas, la cabeza de su anciano esposo, Zacarías. Un perro, en el pórtico, introduce una nota anecdótica al cuadro, al tirar del manto de Santa Isabel