La escena reproduce la visión mística de San Francisco de Asís, quedando enmarcada por un marco de hojarasca que imita labores de yesería con motivos florales. En el centro de la composición aparece Cristo Crucificado, con su mano derecha desclavada de la cruz, apoyada sobre el hombro del santo franciscano, a quien mira dulcemente. San Francisco, por su parte, figura genuflexo, con la pierna derecha apoyada sobre el globo terráqueo, y abrazando a Cristo por la cintura. A la derecha, dos ángeles niños sostienen entre sus manos un libro abierto, con el texto de San Lucas: "Qui non renuntiat qui possidet non potest meus esse discipulus" (quien no renuncia a todos sus bienes no puede ser mi discípulo). Este tema se copió de la iconografía de Sa...