Encarnación

Lienzo religioso en marco dorado y profusamente tallado, colocado en el intercolumnio central de la capilla mayor de la catedral de Guadix, formando serie iconográfica con otros cuatro cuadros alusivos a la vida de María. Esta pieza está dedicada al tema de la Encarnación, tema central del programa por ser el misterio al que se dedica la advocación de la catedral accitana. La escena tiene lugar en el atrio de un edificio monumental, del que se percibe en sombra, en el lado izquierdo de la composición, una gran columna, con un cortinaje sobre ella. En el ángulo inferior izquierdo aparece María arrodillada sobre un solio de piedra y frente a un atril con un libro de oración de tapas encarnadas, abierto. A los pies de la Virgen hay una cesta con telas blancas y un jarrón con flores rosas y blancas. La Señora viste túnica roja y manto azul, que le cubre las espaldas y el brazo izquierdo, amén de una toca ocre por los hombros y por encima de la cabeza, dejando ver su peinado liso y oscuro. Abre una mano sobre el libro y se lleva la diestra a la altura del pecho, en señal de asentimiento de los divinos designios, lo que se potencia con el rostro levemente inclinado hacia abajo. La cabeza está nimbada con aureola. En el lado derecho e inferior de la composición aparece el arcángel San Gabriel, arrodillado sobre un cúmulo de nubes. Está de frente y lleva túnica de color blanco con drapeado menudo y claroscuros, abierta en las piernas sobre las rodillas, con colgantes, los mismos que en las mangas. A la altura del cuello lleva cenefa dorada y dos lazos azules a los lados, mientras una colgadura encarnada ondea por encima de su cabeza, se enreda en el brazo izquierdo y cuelga sobre la pierna derecha. En su izquierda sostiene la vara de azucenas, símbolo de pureza y atributo de la iglesia catedralicia, mientras con el índice de la diestra señala hacia el centro de la figura de la Virgen. A sus espaldas, lleva las alas angélicas recortadas sobre celaje azul. La parte superior de la composición, desde el centro hacia arriba, viene ocupada por un gran rompimiento candente de gloria entre nubes, ocupado su centro por la paloma del Espíritu Santo, que dimana sus rayos celestiales sobre la figura de María. Un ángel, a la izquierda, juguetea con sus manos sobre la cabeza de la Virgen; otro, más arriba, sostiene la colgadura de fondo; otros dos, sobre la cabeza del arcángel, danzan entrelazados; entre ellos y otro ángel tenante, respecto a la colgadura del lado derecho, figuran dos cabezas de querubines; y, en fin, en la parte superior de la composición, sobre el Espíritu Santo, se colocan otras cuatro cabezas de querubines, en línea horizontal