La Nueva Jerusalén; Retablo de San Juan Evangelista

Se describe en esta composición la revelación en forma de visión que tuvo San Juan Evangelista por medio de un ángel, el cual le mostró como sería la ciudad celestial de Jerusalén, cuyos hechos están narrados en el Apocalipsis, en su capítulo XXI (9 a 27): ".....Vino después un Ángel de los siete que tenían las tazas llenas de las siete plagas postreras y habló conmigo diciendo: Ven y te mostraré la esposa, novia del Cordero. Con eso me llevó en espíritu a un monte grande y encumbrado y mostróme la ciudad santa de Jerusalem que descendía del cielo y venía de Dios, la cual tenía la claridad de Dios: cuya luz era semejante a una piedra preciosa, a piedra de jaspe, transparente como cristal. Y tenía un muro grande, y alto, y doce puertas: y en las puertas, doce ángeles y nombres esculpidos que son de las doce tribus de los Hijos de Israel............Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos los doce nombres de los Doce Apóstoles del Cordero. Y el que hablaba conmigo tenía una caña de medir, que era de oro, para medir la ciudad, sus puertas y murallas........Y la ciudad no necesita sol, ni luna que alumbren en ella: porque la claridad de Dios la tiene iluminada, y su lumbrera es el Cordero"