El lienzo representa a San Agustín en el centro de la composición vestido con un hábito negro. Está arrodillado, besando una Biblia que sostiene San Ambrosio. Éste se encuentra sentado en una silla de terciopelo rojo y viste manto negro y mitra obispal. Varios personajes circundan esta escena: a la izquierda, en primer plano, aparecen arrodillados dos monjes dominicos, vestidos con el hábito de la orden. Detrás de San Ambrosio, en el ángulo superior izquierdo, se ubica su asistente, vestido de negro y blanco. A la derecha están representados varios caballeros de la orden de Malta y Santiago, todos con perilla y bigote y vestidos con un atuendo contemporáneo a la época de ejecución del cuadro, compuesto por botas, medias, calzón corto, camis...