La santa, luciendo el hábito de su orden, aparece en posición de tres cuartos, sentada ante una mesa sobre la que se ven una calavera, un tintero y varios libros abiertos; sostiene en la mano izquierda unas cuartillas y en la derecha una pluma con la que se prepara para escribir. Tiene la cabeza girada hacia su derecha, mirando hacia arriba, en dirección a la paloma del Espíritu que aparece en el ángulo superior izquierdo del cuadro