La importancia espiritual y ambiental de los sitios sagrados en las cabeceras de los ríos se fundamenta en las relaciones que los embera instauran con los seres espirituales a través de sueños, cantos y rituales de armonización, para obtener recursos del bosque y conocimientos sobre los usos de las plantas. Pãkðré, entidad poderosa en el sitio sagrado, es tratada como una parienta afín sometida a reglas de reciprocidad; esta entidad recibió antiguamente la fuerza de muchos seres de los distintos niveles cósmicos, por lo cual pudo enseñar al pueblo embera los rituales y prácticas curativas que conocen ahora. El jaibaná es depositario directo de su sabiduría, ligada estrechamente a las plantas más pequeñas del bosque, de ahí su respeto por l...