Integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en los procesos de enseñanza-aprendizaje

Information and Communication Technologies (ICT) are a strong ally in educational innovation processes. They are considered in close relationship with the other curricular elements. Its integration in educational centers implies a series of challenges to teachers, the educational center and the curriculum, while generating organizational, methodological and attitudinal changes” (García-Valcárcel and Hernández, 2013, pp. 2015). By integrating ICT in educational processes, a positive impact on the teaching-learning process of students can be favored. Quintero and Hernández state that “adequate training for the use and management of tools can contribute significantly to the improvement of student learning” (cited by García-Valcárcel and Hernández, 2013, pp. 222). To generate a favorable impact when integrating ICT in the teaching-learning processes implies a structural change and the roles of the actors involved, having as main commitments “pedagogy, informatics, technology and a constructionist approach” (Vicario, 2010). Achieving the transition described requires involving the Educational Technology (ET) approach that "has been transformed, going from referring exclusively to the incorporation of information and communication technologies in teaching, to the design of mediated learning situations" (Cabero and Barroso, 2015, pp. 5). So, teachers must be able to plan the use of technological resources involving strategies oriented towards meaningful learning, which requires modifying several didactic methodologies. As García-Valcárcel and Hernández (2013, pp. 230) say: “talking about a real change means modifying the conceptions and behaviors of the actors involved.”Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son un fuerte aliado en los procesos de innovación educativa siempre que se considere en estrecha relación con los demás elementos curriculares. Su integración en los centros educativos plantea toda una serie de retos a los docentes, al centro y al currículo, a la vez que genera cambios organizativos, metodológicos y actitudinales” (García-Valcárcel y Hernández, 2013, pp.2015). Al integrar las TIC en los procesos educativos se puede favorecer un impacto positivo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos. Quintero y Hernández afirman que “una adecuada capacitación para el uso y manejo de las herramientas puede contribuir significativamente a la mejora de los aprendizajes de los estudiantes” (citado por García-Valcárcel y Hernández, 2013, pp.222). Para generar un impacto favorable al integrar las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje implica un cambio estructural y de los roles de los actores involucrados teniendo como compromisos principales “la pedagogía, la informática, la tecnología y un enfoque construccionista” (Vicario, 2010). Lograr la transición descrita exige involucrar el enfoque de Tecnología Educativa (TE) que se “ha visto transformada, pasando de referirse exclusivamente a la incorporación de tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza, al diseño de situaciones mediadas de aprendizaje” (Cabero y Barroso, 2015, pp.5). Así que el docente debe ser capaz de planificar el uso de los recursos tecnológicos involucrando estrategias orientadas hacia un aprendizaje significativo lo que exige modificar sus metodologías didácticas. Al pasar de un escenario presencial a uno virtual se modifica la forma de participar no sólo de los docentes sino también de los alumnos y la institución, tal y como lo señala García-Valcárcel y Hernández (2013, pp. 230) “hablar de un cambio real supone modificar las concepciones y los comportamientos de los actores implicados.