Así Colombia se haya vuelto una república de cafeteros en el primer tercio del siglo XX, no se la puede considerar como una república de hacendados en ese entonces. Los propietarios de haciendas del valle del Alto Magdalena en la parte central de Colombia, que constituían el núcleo de los agricultores de exportación a gran escala de la nación, no pudieron ejercer control sobre el destino del país. Por el contrario, no tuvieron éxito en establecerse a sí mismos como la fuerza principal dentro de la oligarquía colombiana ni en crear un instrumento político coherente y perdurable de gobierno de Clase alta, independiente de los partidos políticos tradicionales. Finalmente, los hacendados cafeteros se mostraron incapaces de articular, mucho meno...