Este trabajo analiza, por un lado, el examen de las pasiones que Kant realiza en la Antropología de 1798 y en los cursos sobre esta materia, en los que la pasión y el cultivo de la razón práctica mantienen una ambigua relación, hasta el punto de pensar que quizás ninguna cultura moral pueda suprimir enteramente la perversión que consiste en proyectar los enunciados del egoísmo como punto de vista universal. Por otro lado, examina la asociación que la antropología kantiana establece entre el discurso pasional y la imposición de una autoridad inapelable de la razón es confrontada con el estudio de la metapsicología de Freud acerca de las manifestaciones del super-yo. De esa manera, se pretende enfocar especialmente la capacidad de la libertad...