Antiguos relatos, viejos como dioses en fuga, y tejidos en un castellano salpicado con los vocablos creados por los indígenas del Nuevo Mundo a lo largo de miles de años para nombrar y explicar la inagotable diversidad de estas tierras, esperan en las páginas de Juan de castellano y de otros cronistas. El sentido de algunas de estas historias es elusivo porque después de cinco siglos lo que debía ser obvio para los contemporáneos de los cronistas no lo es para nosotros. Sin embargo, algunas de las ideas y juicios que ellos se formaron sobre los nativos de las Indias son como los viracochas' -muertos vivientes- y aun laten bajo las máscaras con las que se cubren los nuevos jinetes del Apocalipsis. Los textos de los cronistas recogieron innum...