Vamos a tratar esta materia ateniéndonos a las normas observadas durante nuestro estudios en Inglaterra. La cara y el cráneo, son las partes mejor irrigadas del cuerpo humano y, con ellos, las que están en mejor estado de defensa contra las posibles infecciones de las heridas.Además la abundancia de cavidades en la cara hace que casi siempre haya un drenaje natural de las heridas, o en todo caso es fácil producirlo quirúrgicamente. Con ello los tejidos lacerados y las secreciones y exudaciones propias de las heridas, son de fácil evacuación. Todo ello ayuda a combatir la posible infección secundaria y por ello podemos, y debemos seguir, en la cara, un tratamiento diferente de el de las otras partes del cuerpo