Abordando el Primer Delito Ambiental: TalaIlegal: Los Seis Momentos Del Crimen

El presente documento constituye un primer ejercicio para abordar uno de los delitos más complejos y que a su vez constituye el principal delito ambiental en el país vinculado al patrimonio forestal. Es en ese contexto que se requiere que nuestros operadores de justicia ambiental de manera particular los fiscales especializados en materia ambiental, y posteriormente los jueces puedan entender y tener herramientas para abordar el delito de tala ilegal. Mediante este documento se aborda la parte previa a los principios del derecho ambiental como elemento fundamental que permita considerar las resoluciones y documentos emitidos por dichos operadores, pero a su vez sea una herramienta para abordar todo el proceso vinculado a la comisión de los delitos ambientales, teniendo en cuenta que muchos de ellos involucran delitos no necesariamente ambientales. Este manual identifica de manera preliminar seis (6) momentos de la comisión de delitos vinculados a la tala ilegal y esa es la razón de mencionarlos o identificarlo como los seis momentos del crimen, ya que está orientado a ser una herramienta para la persecución de una actividad ilegal, que muchas veces es visible o entendida por la complejidad de la misma. Para la elaboración de esta herramienta de apoyo hemos revisado las principales sentencias en materia de delitos ambientales, de manera específica los delitos contra los bosques y formaciones boscosas, y de tráfico ilegal de especies forestales, para lo cual resulta necesario desarrollar apropiadamente el tema de la valoración del daño ambiental ya que es un elemento indispensable para que las decisiones de los jueces y magistrados que desde el Poder Judicial se ven llamados a proteger el ambiente, resulten efectivas y no se vean truncadas ante problemas de deficiencias en la atribución de valor al daño ambiental. Las decisiones judiciales a favor de la restauración del daño ambiental y relativas compensación e indemnización necesitan imperativamente de una atribución de valor al “ambiente y sus componentes” cuando éstos resulten afectados. Eso nos lleva a reflexionar que, si el Derecho Ambiental se empezó a construir sobre los cimientos del Derecho Internacional y de los procesos como la Cumbre de Estocolmo en 1972, ya ha pasado el momento de contar con herramientas y se llegue a trabajar en parámetros consensuados de valoración de daños ambientales con carácter extensivo, que permitan tener las reglas de juego generales y se pueda articular unos mecanismos legislativos propios de valoración de daños al ambiente. La problemática de la responsabilidad ambiental no se arreglará hasta que caigamos en la cuenta de que el institutode la valoración es primordial, esencial, básico, cardinal y fundamental, y de inaplazable análisis y respuesta normativa