En este artículo busco reflexionar, etnográficamente, sobre diferentes moralidades configuradas en torno a una muerte acontecida en una villa de Córdoba. Ludo Hernández era un joven de 18 años quien era acusado de incurrir en prácticas delictivas tales como robos, consumo y venta de drogas, entre otras. Murió asesinado el 29 de diciembre de 2010. A partir de allí los vecinos de La Tela construyeron diversos relatos sobre esta muerte; muchos de ellos vinculados con cuestionamientos morales relacionados con su conducta, con la educación recibida por su familia, y por consiguiente, con la reputación de la misma. Su madre, por su parte, intentaba “limpiar” la memoria del muerto, a la vez que canalizar el sufrimiento. Intentaré reconstruir las d...