Malos tiempos para la libertad de expresión. Una revisión de la praxis judicial en los delitos de enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona e incitación al odio

Un reciente informe de Amnistía Internacional (AI) (España: el derecho a protestar, amenazado) 1 denunciaba no hace mucho, entre otras muchas cuestiones, lo que esta ONG considera como una renovada determinación de las autoridades españolas de restringir el ejercicio de la libertad de expresión y de reunión. Sea o no casualidad, este documento vino a coincidir en el tiempo con el recurrente debate sobre los límites de la libertad de expresión, esta vez a cuenta de la polémica censura por parte de IFEMA de una obra expuesta en Arco por el artista Santiago Sierra titulada Presos políticos en la España contemporánea y de la decisión, no menos polémica, de una jueza de prohibir cautelarmente la edición y distribución del libro Fariña, del periodista Nacho Carretero, en el que se expone un crudo relato sobre el narcotráfico en Galicia, a instancias del alcalde de O Grove (Pontevedra), José Alfredo Bea Gondar, que ha demandado al citado autor y a su editorial por vulnerar su derecho al honor