El XLIII Festival Internacional de Cine de San Sebastián, celebrado el mes de septiembre de 1995, sirvió para comprobar el auge en Estados Unidos de películas escritas y dirigidas por hispanos, sobre todo por chicanos, es decir, por norteamericanos de origen mexicano. En la capital guipuzcoana se presentaron cuatro films muy representativos de esta tendencia: Un paseo por las nubes (A Walk in the Clouds), de Alfonsa Arau; La pequeña princesa (The Little Princess), de Alfonsa Cuarón; Mi familia (My Family), de Gregory Nava; y Desperado, de Robert Rodriguez. Todas ellas son grandes producciones que beben en unas fuentes artísticas y culturales distintas a las del cine norteamericano convencional, inspirado más bien en la tradición anglosajona...