Con frecuencia a la democracia se le carga de expectativas que no puede resolver, más si se trata de democracias formales, electorales, procedimentales, liberales. La potencia de la democracia no puede llegar tan lejos porque se teje en el marco de un sistema de relaciones capitalistas cuya naturaleza es injusta, excluyente, pauperizante, deshumanizadora. Más todavía cuando el Estado ha perdido su naturaleza social para convertirse en una palanca para el desarrollo del mercado capitalista. Ahora la democracia procedimental es funcional al régimen neoliberal, lo legitima en el juego de un proceso electoral en el que los partidos políticos ofrecen a los ciudadanos mejorar sus condiciones de vida, pero cuando llegan al poder no se cumplen las ...