Representaciones discursivas antipatriarcales en la literatura: el matriarcado como forma alternativa de ejercicio del poder

This paper sets out to analyze the presence of alternative literary representations to the classic canons of patriarchy and, specifically, search for texts where a matriarchal order is constructed as a subversive form of exercising power. The interpretive dimension of women as protagonists/participants of the literary narrative is the one that centers the analyses carried out, extracting the archetypal connotations of the characters that articulate the story and their own relationships, which constitutes a critical evidence of realities that transmit implicit knowledge to the reader about the social existence. Although literature generates a negotiated fiction, its critical reading should not be carried out outside those sociological categories that allow us to unravel the world. After reviewing some theoretical concepts on the ideas of matriarchy, patriarchy and feminist criticism, three works have specifically been selected as outstanding examples of how creative tools can serve female empowerment and the transformation of the collective imagination: Lysistrata, a comedy by Aristophanes; One Hundred Years of Solitude, the novel par excellence by Gabriel García Márquez and The Country of Women, by Nicaraguan Gioconda Belli, one of the most prominent feminist writers in contemporary literature written in Spanish. The three works are intimately connected and represent, in turn, a plausible (re) conceptualization of the feminine experience aligned with feminist theories of difference. This last issue allows us to invite the reader to return to one of the classic debates of the contemporary feminist movement: to renounce or to exalt gender, finding in it, rather than a violent and oppressive social construction, an opportunity to change the world from a new scale of values ​​starring motherhood and care policy.El presente artículo se propone analizar la presencia de representaciones literarias alternativas a los cánones clásicos del patriarcado y, concretamente, busca textos donde se construya un orden matriarcal como forma subversiva de ejercicio del poder. El plano interpretativo de la mujer como protagonista/participante del relato literario es el que centra los análisis realizados, extrayendo las connotaciones arquetípicas de los personajes que articulan la historia y sus propias relaciones como evidencia de unas realidades que transmiten al lector conocimientos implícitos sobre la existencia social. Aunque la literatura genera una ficción pactada, su lectura crítica no debe realizarse al margen de las categorías sociológicas que nos permiten desentrañar al mundo. Tras revisar algunos planteamientos teóricos sobre las ideas de matriarcado, patriarcado y crítica feminista, se concretan tres obras que serían ejemplos destacados de cómo las herramientas creativas pueden servir al empoderamiento femenino y a la transformación del imaginario colectivo: Lisístrata, la comedia de Aristófanes; Cien años de soledad, la novela por excelencia de Gabriel García Márquez y El país de las mujeres, de la nicaragüense Gioconda Belli, una de las escritoras feministas en lengua española más destacadas de los últimos tiempos. Las tres obras están íntimamente conectadas y representan, a su vez, una significación del hecho femenino cercana a las teorías del feminismo de la diferencia. Este último asunto nos permite invitar al lector a retomar uno de los debates clásicos del movimiento feminista contemporáneo: renunciar al género o exaltarlo, encontrando en él, más que una construcción social violenta y opresora, una oportunidad para cambiar el mundo desde una nueva escala de valores protagonizada por la maternidad y la política de los cuidados