Innovación y competitividad empresarial: análisis de casos

[ES] El entorno mundial está cambiando rápidamente. Su evolución es crecientemente compleja en todos sus ámbitos (económico, social, laboral, etc.). El entorno evoluciona cada vez más rápido y sólo sobreviven las empresas que son capaces de adaptarse. De este modo, las empresas se mueven en un entorno global, cada vez con menos fronteras, en el que las ventajas comparativas tienen un menor peso, ya que los costes de desplazamiento son menores y disponer de cualquier factor productivo es relativamente sencillo. En este contexto, las empresas no sólo deben ajustar al máximo sus costes, sino que también deben esforzarse por conocer los deseos de los consumidores, ofrecer un mayor valor añadido, en definitiva, crear ventajas competitivas. Un camino para lograr este objetivo es el de la innovación. Es una palabra que encontramos diariamente en cualquier medio de comunicación. Pero¿por qué innovar? Este TFC estudia qué es la innovación y cómo puede conducir a las empresas hacia la competitividad. Innovar no es una partida en los presupuestos anuales; innovar es una manera de concebir la estrategia del día a día en la empresa, es una cultura que embriaga desde el área de producción hasta la de comercialización, pasando por las reuniones de ejecutivos y todas áreas funcionales, así pues, podría decirse que es absorbida por la empresa. Concretamente, el Manual de Frascati (OECD/FECYT, 2002) detalla que la innovación es la transformación de una idea en: un producto vendible nuevo o mejorado, o en un proceso operativo en la industria y en el comercio, o en nuevo método de servicio social. De esta definición se extrae que el quid de la innovación recae en su comercialización. En caso de no existir la integración en el mercado, tal vez se pueda hablar de invento, pero nunca de innovación. Siguiendo al Manual de Oslo (OECD, 2005), resulta clave saber por qué las empresas innovan: su razón última es que innovan para mejorar sus resultados, bien aumentando la demanda o bien reduciendo los costes. Un nuevo producto o proceso puede colocar al innovador en una posición ventajosa en el mercado. Cuando se trata de innovaciones de proceso que consiguen ganancias de productividad, la empresa se beneficia de una ventaja de costes sobre sus competidores. Cuando la innovación es de producto, lo que se está haciendo es una creación de valor, diferenciar el producto respecto a los competidores. Finalmente, también se realizan innovaciones organizativas, de gestión y estratégica, las cuales empujan a la organización hacia una situación sostenible dentro de un entorno complejo.Tamarit Peña, E. (2013). INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD EMPRESARIAL: ANÁLISIS DE CASOS. http://hdl.handle.net/10251/35108.Archivo delegad