El antropocentrismo metafísico delineado por autores como Kant, Heidegger, Lévinas y Lacan nos permite situarlos en una misma línea que define el umbral entre el hombre y el animal: el poder de autorreferencia. Este poder-tener un “yo” o poder-ser un “yo”, la vocación a la egoidad, es lo que se le niega al animal, es decir, la experiencia de la auto-posición. La facultad de referirse a sí mismo, que coincide con la responsabilidad del sujeto y con lo que (en la metafísica) eleva el hombre por encima de todos los vivientes, funda su poder sobre los animales. Este es el principio a partir del cual se reinterpretan tales posturas filosóficas, poniéndolo en relación con la lingüística y el psicoanálisis. La presente investigación pretende respo...